Se aproxima ese día tan fantástico y tan merecido en el que todas nuestras madres necesitan sentirse queridas, amadas y valoradas. Después de mucho trabajar para darnos todo lo que tienen y, a su vez, hacernos sentir los reyes del mundo, hoy se merecen lo mejor.

Si quieres sorprenderla te propongo algo perfecto: un retrato fotográfico. Además de genial, este regalo demuestra la pasión que tienes por la fotografía y sirve para recordar estos momentos toda la vida. Si quieres aprender cómo hacer retratos perfectos, sigue este artículo y verás la diferencia.

Los consejos y los pasos que aquí os muestro no requieren de una cámara fotográfica de 3.000 euros. Si tienes una cámara de fotos (sea cual sea), una madre que se deje fotografiar con la excusa de mejorar o presentar una foto a concurso (por ejemplo) y muchas ganas de aprender y mejorar, tienes asegurado un retrato perfecto. 

1. Profundidad de campo mínima 

En casi todas las fotografías la profundidad de campo es importantísima. Lo ideal sería un F1.4 pero lo cierto es que los retratos aceptan perfectamente un F3.9. Este paso asegura que la persona sea el centro de atención y que todo el fondo pierda importancia, justo lo que necesitamos.

2. Luz 

La luz va asociada a sensaciones muy positivas. Antes de iniciar tu retrato intenta buscar una situación donde haya bastante luz. La luz natural es mucho mejor que la artificial pero si no te queda otra la artificial también te servirá.

3. Flash 

El flash hace que los rostros se vean sudados y aceitosos y que la fotografía pierda calidad. Si quieres disparar el flash para rellenar la fotografía de luz o iluminar el rostro, haz una cosa: enfoca el flash hacia una pared blanca ubicada en un lateral de la persona a fotografiar, esto hará que la luz rebote e ilumine su rostro sin provocar efectos de sudor ni brillos indeseables.

Truco: Si no tienes pantalla difusora para que el flash no sea tan fuerte, echa mano de la imaginación. Un clínex será perfecto y conseguirás resultados impresionantes.


 4. Entretenle y hazle reír 

Si consigues que el retratado se lo pase bien conseguirás que recuerde la fotografía como uno de los mejores momentos. Durante la sesión te aconsejo que hables con la persona, que la cuentes cosas, que la hagas reír y que la digas lo bien que lo está haciendo, de esa forma consigues que se sienta más cómoda y que salga mucho, pero que muuuuucho más natural.



5. Encuentra el ángulo perfecto 

Cada persona tiene su ángulo ideal. Las mujeres quedan mejor si se las retrata un poco más por arriba (levemente) para que produzcan una sensación de ternura, los hombres, por el contrario, requieren algo más de fuerza y para eso es más recomendable fotografiarlos desde abajo.

Los niños son los más simples, opta por bajar hasta su altura y tendrás la alegría y vitalidad de ellos captada en una fotografía perfecta.

6. Presta atención a los colores 

Nada de lo anterior te servirá si no prestas atención a los colores. Por ejemplo, si el sujeto a fotografiar viste de verde, no lo ubiques un una zona donde haya césped ya que todo saldrá del mismo color y perderá fuerza e interés.

Elige las zonas más contrastadas con la ropa y el color que predomina en el sujeto.

Las fotografías que ilustran este artículo pertenecen a chris zerbes bajo Licencia Creative Commons